En el viaje al sur de Jerusalén verá la Posada del Buen Samaritano y descenderá por debajo del nivel del mar. Tendrá una vista clara de Jericó en la distancia, donde Jesús curó a los ciegos y donde Josué y sus tropas hicieron que cayeran las grandes murallas de la ciudad (Josué 6). A 400 metros bajo el nivel del mar llegarás al punto más bajo de la Tierra, el Mar Muerto. Desde hace miles de años las personas, incluida Cleopatra, conocen los poderes terapéuticos de esta zona y del mar en sí. Al estar más lejos del sol que cualquier otro punto de la Tierra, los rayos nocivos del sol se filtran, lo que hace que sea seguro para quienes padecen enfermedades de la piel exponer su piel y disfrutar de algunas de las cualidades más positivas del sol. El aire es seco y no alergénico, lo que significa que su cuerpo disfruta de los beneficios del Mar Muerto internamente mientras inhala el aire revitalizante. Luego está el barro negro, la mascarilla facial y corporal natural de la naturaleza.
En el viaje de regreso a Jerusalén, pasará por las cuevas de Qumrán donde se encontraron los Rollos del Mar Muerto de 2000 años de antigüedad.